Qué no debemos hacer
Todas las rupturas son dramáticas y dolorosas. No sólo por la pareja que se rompe, sino también por todo lo que han construido durante el tiempo que duró la relación; un hogar, hijos, bienes comunes, etc.
Cuando existen hijos aún es más difícil una separación/divorcio. Pero es importante aclarar a muchos padres una cuestión: Van a dejar de ser pareja pero no van a dejar de ser padres. Quiero decir con esto que los únicos que deben sufrir una ruptura son los padres (la pareja) y no los hijos.
En un proceso de ruptura o divorcio existen dos roles, dos posturas; El/La que deja y el/la que es dejad@. Normalmente, “el que deja resuelve” y el que es dejado tiene que empezar a resolver. Tiene que empezar a elaborar el duelo, a comprender por qué ha ocurrido y a poder resolver el dolor, la rabia y la tristeza.
Los hijos no deben ni pueden tomar partido de este proceso. Señalo “no deben” porque no están preparados para decidir si papá es malo porque ha abandonado a mamá o mamá es mala porque ha abandonado a papá. Cuando esto ocurre, es decir, cuando uno de los padres quiere volcar su rabia o dolor erróneamente sobre el otro utilizando a los hijos como moneda de cambio, los hijos comienzan a experimentar síntomas tales como angustia, ansiedad, apatía, desmotivación hacia los estudios, aislamiento, tristeza, irritabilidad, etc. Este conjunto de síntomas debería ser la voz de alarma para que la familia pida ayuda a un profesional de la Terapia Familiar.
La instrumentalización de los hijos (utilizar a un/a hijo/a para hacer daño al otro) además de ser un delito, es una forma errónea de afrontamiento de la situación de divorcio.
La familia no se rompe, la familia se transforma. Los padres deben fortalecer y reforzar la idea de que ambos siguen siendo los padres, jamás deben hablar mal el uno del otro frente a los hijos, desvalorizar al otro o hacer confesiones a los hijos sobre intimidades de pareja.
No obstante, una situación de ruptura es un proceso difícil para todos; hijos y padres. Es por ello que se recomienda acudir a un profesional de la psicología donde puedan ser orientados en la gestión de todo el proceso.
Ante cualquier consulta somos su Psicólogo Málaga.
Charo Lobato